Las manchas extrínsecas son aquellas que están en la superficie del esmalte de los dientes, es decir, la capa más externa. Normalmente, estas manchas son provocadas por los alimentos que ingerimos. Bebidas oscuras como el vino, el té y el café son las mayores amenazas para la blancura de los dientes, sin embargo, frutas como mora y hasta las uvas pueden mancharlos.
Otros causantes de las manchas extrínsecas son el alcohol y el tabaco, que junto con la falta de higiene bucal contribuyen a la acumulación de placa en los dientes.
Como lo dice su nombre, las manchas intrínsecas comienzan desde adentro de los dientes. Éstas se originan cuando se pierde el brillo en el esmalte y se debilita un tejido dentro del diente llamado dentina.
Antibióticos como la tetraciclina y la doxicilina, utilizados para tratar infecciones provocadas por bacterias, pueden provocar que los dientes se tornen amarillos. También hay que tener cuidado con algunos enjuagues bucales, ya que algunos de ellos contienen una sustancia llamada clorhexidina que también modifica su apariencia.
La genética también es un factor determinante del color de nuestros dientes. Así como los genes determinan el color de nuestros ojos o cabello, también dictan el color de nuestros dientes. Esto se debe a que cada quién tiene un grosor de esmalte distinto, lo que puede hacer que la dentina, que es amarilla, se transparente y se refleje, dándoles una tonalidad amarillenta.
Todos estos tipos de manchas tienen una excelente solución cuando de Estética dental se habla. Un aclaramiento o blanqueamiento dental de ultima tecnologia, cambia esos cromoforos, que son los causantes de las manchas, y nos brinda una sonrisa armónica y blanca.